En vivo y en directo: The Skatalites (Vigo ’07)


El pasado 10 de noviembre fue para muchos un gran día; por fin podíamos ver al grupo de ska más mítico de todos los tiempos: The Skatalites.

Desde ese día en que nos enteramos del concierto, empezamos a planear el viaje, a pesar de que los primeros rumores traían unos precios desorbitados; pero joder, son los Skatalites!!! me podré perdonar algún día no aprovechar esta oportunidad? rotundamente, no. Finalmente el precio se quedó en 18 euros, y nuestras carteras suspiraron de alivio.

Horas antes del concierto nos dirigimos al tren y pusimos rumbo a Vigo, llenos de expectación. Todos sabíamos que de los Skatalites originales poco queda; pero teníamos la ilusión de oír esos temas que nos engancharon a todo esto, que nos llevaron a sumergirnos en la música jamaicana y descubrir a tantos otros grandes grupos y artistas.

Llegada a Vigo con mucha antelación, cervezas previas por los bares, cena, y nos dirigimos al lugar del concierto, la Sala A, situada en los exteriores de la ciudad. Fuera de la sala se reunían cientos de personas, llegadas desde diversos puntos de la geografía gallega y sus alrededores, que nos hacían prever un ambiente apoteósico.

Como nuestro interés por el telonero (un tal “El tolo”) era nulo, decidimos invertir nuestro tiempo en seguir dañando el hígado, y saludando a los conocidos que por allí nos encontrábamos; tanto fue así, que entramos justitos para comenzar a escuchar las primeras notas. Salen a escena los Skatalites, la sala ruge de emoción, los vientos comienzan a sonar. Lester Sterling al saxo, Lloyd Knibb en la batería, los dos Skatalites originales que permanecen en la formación actual; además de Doreen Shaffer, que saldría un poco más tarde.

Comienza todo el repertorio: Guns of Navarone, Eastern Standard time, Latin goes ska… El público entregado en todo momento, y que no dejaba de bailar. Entonces apareció Doreen, y cantó algunos temas algo más lentos; pero que igualmente fueron bien recibidos por nuestros agotados pies. Debo decir que la sala era en realidad una macrodiscoteca; lo cual tiene la ventaja de la alta capacidad de público, pero también alguna dificultad para ver la actuación, dependiendo de donde estuvieras situado; pero es comprensible en este tipo de conciertos. Por fortuna, la calidad del sonido era aceptable.

La actuación no pudo acabar de forma más emotiva, cuando Antonio Rodríguez (trombonista de los Transilvanians) subió desde el público al escenario y tomó el trombón, para acompañar durante unos segundos al grupo. Gran ovación, y los jamaicanos que tienen que salir a hacer varios bises al ritmo de un público que coreó el “Phoenix City” hasta la saciedad y de forma atronadora.

Una gran actuación, unos Skatalites que conectaron con el público rápidamente, y un ambiente que pocas veces he podido vivir en un concierto.

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