"Solía actuar en algunos lugares en aquella época y podías ver skinheads en la escena", recuerda Laurel. "Solías ver a algunos en los bailes, e iban en aumento. He llevado un corte de pelo skinhead desde los años sesenta, así que ver a los skinheads llegar a los bailes con su pelo corto no significa nada para mí. Era un skinhead y todavía lo soy", bromea, cuando se quita su porkpie y muestra su cabeza calva.
Laurel sigue actuando a día de hoy. Incluso a la avanzada edad de 68 años, vive en el escenario, es inmejorable, un magnífico artista. Lo que es más, muestra más resistencia que la mayoría de los jóvenes del público cuando se trata de bailar. Su popularidad hoy en día, a pesar de todo, está en gran medida y lamentablemente limitada a la escena ska underground, donde recibe el respeto que se merece un hombre que es conocido como el "Padrino del Ska" y el "Sumo Sacerdote del Reggae".
De hecho, la mayoría de los críticos de la escena del reggae de hoy en día deberían avergonzarse de sí mismos por no dar a artistas como Laurel el reconocimiento de su contribución a la música jamaicana. "Cada vez que hago un show, si veo skinheads, sé que voy a pasármelo bien. Si estoy en el camerino, descansando o hablando, siempre pregunto si hay skinheads en el público, y si me dicen que muchos, eso me hace feliz. Los skinheads apoyan la música y si alguien te apoya, tienes que gustarles. Cuando yo canto ska, hay como dos chicos negros allí, y el lugar está repleto de chicos blancos. Un skinhead en Alemania me dijo que me había visto seis veces en concierto - si un chico negro te ve una vez, tienes suerte."
Extraído y traducido del libro "Skinhead Nation"
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