
Mientras, el reggae casi dormía, pasada su época de gloria, recordando tiempos mejores. “Bring back the skins”, diría Judge Dread. Pero ya a finales de aquella tercera ola, la cual resulta difícil de encuadrar cronológicamente, se comenzaban a percibir síntomas de transición. Grupos como Intensified en Inglaterra, Hepcat en EE.UU., o Malarians en el estado español, comenzaban a dar un cambio de sentido, a retraer al sonido en el tiempo y a llevarlo hacia su punto de partida.
Durante esta década, la única de la que puede hablar de primera mano el que escribe, hemos visto surgir bandas de muchísima calidad y en abundancia; desde Los Ángeles hasta Helsinki y desde Matehuala hasta Granada. El reggae ha vuelto a ocupar un lugar de prestigio, tal y como lo hiciera a finales de los 60.
Los eventos de música jamaicana, así como sus seguidores, aumentan de número cada día, dentro de una escena que al mismo tiempo está musicalmente mucho más formada que antaño. Gracias a la gran cantidad de información de la que disponemos, tanto los nuevos artistas como las viejas glorias, son de sobra conocidos por los fans de estos ritmos sincopados; y así mismo abundan los selectores y coleccionistas de discos a 45 rpm.
Por todo esto me parece interesante hacer un análisis de lo que está ocurriendo tanto en América como en Europa. Un recorrido superficial y seguramente incompleto, pues uno aun se sigue sorprendiendo cada día descubriendo algo nuevo, afortunadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario